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SpaceX lanzará la nave que llevará un dron a Titán

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Entre las numerosas lunas de nuestro sistema solar, Titán, en órbita a Saturno, destaca por ser la única con una atmósfera no menos densa que la de la Tierra y líquido en la superficie. Incluso tiene un sistema meteorológico con lluvia como lo tiene la Tierra, aunque llueve metano en vez de agua. Además, según todos los indicios. Titán posee también un mar subterráneo de agua. Por esta y otras razones, existe la posibilidad de que Titán albergue vida, lo haya hecho en el pasado, o pueda hacerlo en un futuro.

 

La NASA planea enviar a Titán una nave que llevará consigo un dron, propulsado por ocho rotores y equipado con abundante instrumental científico. El dron de esta misión, Dragonfly, realizará vuelos de exploración sobre terrenos de Titán.

 

La NASA ha seleccionado a la empresa SpaceX para que lance al espacio con uno de sus cohetes a la nave de la misión Dragonfly.

 

Si todo marcha como está previsto, la sonda espacial partirá de la Tierra en julio de 2028 y llegará a Titán en 2034.

 

El cohete que lanzará al espacio a la Dragonfly será un Falcon Heavy. Y despegará desde el complejo de lanzamiento 39A de la NASA en el Centro Espacial Kennedy, en Florida, Estados Unidos.

 

En el desarrollo del dron Dragonfly trabajan numerosas entidades, aparte de los centros de la NASA implicados. Hay empresas como por ejemplo Lockheed Martin Space, Sikorsky (ahora de Lockheed Martin), Malin Space Science Systems y Honeybee Robotics; instituciones académicas como la Universidad Johns Hopkins y la Estatal de Pensilvania, ambas en Estados Unidos; y las agencias espaciales francesa, alemana y japonesa.

 

La misión del Dragonfly será la primera en la que se explorará la superficie de Titán más allá del punto de aterrizaje.

 

La sonda espacial Huygens de la Agencia Espacial Europea, que aterrizó en Titán en 2005, fue diseñada para flotar en un mar de metano y etano o aterrizar en una superficie dura. Sus experimentos científicos fueron predominantemente atmosféricos, porque sus diseñadores no estaban seguros de que sobreviviera al aterrizaje.

 

El Dragonfly desempeñará una labor pionera explorando la superficie de Titán e identificando detalladamente su composición.

 

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Recreación artística del dron Dragonfly posado en la superficie de Titán. (Ilustración: NASA / Johns Hopkins APL)

 

Los objetivos del Dragonfly incluyen la investigación del ciclo activo del metano; la exploración de la química teóricamente prebiótica que tiene lugar hoy en día en la atmósfera de Titán y en su superficie; y la búsqueda de firmas químicas delatadoras de posibles procesos biológicos, pasados o presentes, tanto de vida basada en el agua como de la que en teoría podría utilizar hidrocarburos líquidos.

 

En cuanto a su forma de explorar Titán, Dragonfly pasará un día completo de Titán (o sea lo que tarda el astro en dar una vuelta sobre sí mismo, 16 días de la Tierra) en un lugar realizando experimentos y observaciones científicas, y después volará a un nuevo lugar repitiendo el ciclo.

 

La gravedad de Titán (menor que la de la Tierra) y su espesa atmósfera (más densa que la de la Tierra) lo convierten en un lugar ideal para un vehículo aéreo, sobre todo si tenemos en cuenta que la atmósfera es relativamente tranquila, con vientos más débiles que los de la Tierra.

 

Muchos de los compuestos químicos prebióticos que se formaron en la Tierra primitiva también se forman en la atmósfera de Titán. La misión del Dragonfly debería ser capaz de revelar hasta dónde ha llegado la evolución química prebiótica en Titán. La atmósfera de este astro podría ser un buen análogo de lo que ocurrió en la atmósfera de la Tierra primitiva. (Fuente: NCYT de Amazings)