La sonda espacial Parker de la NASA, como parte de su complejo viaje iniciado en 2018 y cuya meta es una cercanía récord al Sol, ha estado dando vueltas alrededor de él y también efectuando asistencias gravitacionales a Venus, maniobras en las que un sobrevuelo a un astro, en este caso Venus, ayuda mediante la fuerza de la gravedad a realizar una maniobra sin gasto de combustible, como por ejemplo acelerar la nave o desacelerarla.
Después de una maniobra de corrección de rumbo efectuada por la Parker el 26 de agosto de 2024, durante la cual mantuvo en marcha sus propulsores direccionales durante unos 17 segundos, fue acercándose nuevamente al Sol.
El 30 de septiembre, la nave completó su paso número 21 por las inmediaciones del Sol, aproximándose a su superficie (el borde del disco brillante) hasta tan solo una distancia de unos 7.260.000 kilómetros, muchísimo menor que la que separa a Mercurio del Sol (58 millones de kilómetros). En este pase, la nave igualó su actual récord de aproximación. La velocidad de la Parker durante ese pase fue de 635.300 kilómetros por hora, igualando también su actual récord de velocidad.
El 3 de octubre, habiéndose desplazado hasta un punto idóneo lo bastante apartado del Sol, la nave envió a la Tierra una señal de aviso para indicar que había sobrevivido al peligroso acercamiento y que seguía funcionando bien.
Con el sobrevuelo de Venus el 6 de noviembre de 2024, cinco semanas después de volar por las inmediaciones del Sol, la Parker inicia la fase más peligrosa de su misión, que culminará con una aproximación récord a la superficie del Sol, hasta tan solo unos 6,2 millones de kilómetros, el 24 de diciembre de 2024. Si la nave consigue realizar ese sobrevuelo del Sol, lo más cerca de una estrella que un objeto de fabricación humana ha llegado, y no queda demasiado maltrecha, avisará de que sigue funcionando con una señal que enviará a la Tierra el 27 de diciembre.
Recreación artística de la sonda espacial Parker sobrevolando Venus. (Imagen: NASA / Johns Hopkins APL / Steve Gribben)
Si la misión prosigue como está planeado, la Parker permanecerá ya en una órbita fija alrededor del Sol, acercándose a él en al menos dos ocasiones más hasta esa distancia de 6,2 millones de kilómetros.
La Parker fue diseñada y construida para la NASA por el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, en Laurel, Maryland, Estados Unidos. Su nombre, Parker, se le puso en 2017 y es en honor a Eugene Parker, profesor en el departamento de astronomía y astrofísica de la Universidad de Chicago, Estados Unidos, por sus aportaciones pioneras a la física solar en la década de 1950. Esta fue la primera vez que la NASA homenajeó a una persona viva poniéndole su nombre a una misión. Eugene Parker contempló el despegue de la Parker, aunque por desgracia no ha vivido lo suficiente como para ver completarse la misión. Falleció en marzo de 2022, a los 94 años de edad. (Fuente: NCYT de Amazings)